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Claudia Pandelara A.

REFLEJO DE EYECCION EXAGERADO



El reflejo de eyección, es el proceso por el cual, la leche es expulsada de la glándula mamaria. Este reflejo es accionado por la hormona oxitocina, la cual es producida en el momento en que el bebé mama del pecho materno.


Hay mujeres que sienten este reflejo de eyección en el momento que éste se activa. Lo sienten como una especie de calambrito indoloro en el interior del pecho. Y con esto, comienza fluir la leche.


Cuando una mamá tiene sobreproducción de leche, muchas veces ésta se acompaña de una “bajada” brusca de leche, lo que también se conoce como reflejo de eyección exagerado, hiperactivo o fuerte. Esto significa que la madre expulsa su leche de sopetón en vez de hacerlo gota a gota. Entonces, es posible ver chorros de leche disparados a larga distancia.


Frecuentemente, esto va de la mano con un bebé muy despierto y activo, que aprendió muy rápido a lactar. Algunos bebés logran adecuarse muy pronto a este flujo rápido de leche; retirándose del pecho, o entreabriendo la boca para que el excedente de leche caiga, o simplemente adaptándose a este flujo intenso, tragando al ritmo requerido. Sin embargo, existen muchos bebés que presentan dificultades para manejar este flujo exagerado de leche; por lo que se agitan, tosen, se atragantan, e incluso pueden soltar el pecho llorando.


Cuando un bebé no acostumbrado se enfrenta a este gran volumen de leche, se produce una deglución brusca que le provoca una distensión gástrica dolorosa. De hecho, una de las primeras causas de cólicos en el bebé amamantado es el reflejo de eyección hiperactivo, junto con un desequilibrio en la ingesta de la leche del comienzo de la mamada y la leche del final. Cuando el bebé inicia la toma, se produce una descarga excesiva de leche, lo que hace que ingiera un gran volumen de la primera leche en ambos pechos, la cual contiene más cantidad de lactosa (azúcar de la leche materna) que de la leche del final de la toma, que es más rica en grasas. Se da entonces una especie de “indigestión” por lactosa, porque se supera la capacidad del bebé de digerirla. De ahí la presencia de deposiciones verde, explosivas, líquidas, y con cólicos abdominales.




¿Qué podemos hacer frente a este reflejo de eyección exagerado?



Podemos básicamente, intentar calmar el reflejo de eyección y disminuir la producción si es necesario.


A la mayoría de las mamás les resulta útil ofrecer un sólo pecho en cada toma, e incluso repetir el mismo pecho en dos o tres tomas. Del otro pecho debe extraerse un poco de leche en forma manual, sólo para aliviarlo y no estimular más producción. Este sistema permite que el bebé no tenga que enfrentarse a una bajada de leche tan fuerte al comienzo de la toma, y además se asegurará de drenar cada vez más el pecho para obtener más grasas. Esta sugerencia aplica sólo en casos de sobreproducción de leche. La madre debe tener en cuenta que si la producción de leche baja mucho, ella puede re-estimularla dando de nuevo los dos pechos en cada mamada.

La posición del bebé al pecho también puede contribuir a moderar el flujo. Se aconseja que la madre se sitúe semiacostada y el bebé encima del pecho, de manera que la leche salga hacia arriba, en contra de la fuerza de la gravedad. Por último, otra postura que suele facilitar una salida moderada del flujo de leche, es la postura caballito, en la que el bebé mama sentado “a caballo” sobre la pierna de su madre de manera que queda vertical frente al pecho.


También la madre puede interrumpir la toma cuando el bebé comience a beber a toda velocidad, antes de que se atore, comprimir el seno para eliminar los chorros fuertes sobre un babero o dentro de un recolector de leche, y volver a ofrecer.


Otra alternativa, es amamantar con más frecuencia al bebé para facilitar las tomas. Así disminuirá la cantidad de leche acumulada en los pechos y las lactadas se desarrollarán más fácilmente.


Puede convenir también amamantar al bebé apenas se despierta, incluso antes de que esté totalmente despierto; de esta manera está más relajado, succiona más suavemente y hace salir la leche más lentamente.


En el curso de una toma se presentan muchos reflejos de eyección, pero usualmente es el primero el más intenso. Una buena opción es extraer manualmente un poco de leche antes de la expulsión de los chorros más fuertes, así el bebé podrá tomar la leche con un flujo más moderado.


Finalmente, no queda más que decir, que la mayoría de los bebés más temprano que tarde, logran adecuarse a estos flujos exagerados, más aún si la madre lo apoya con alguna de las sugerencias antes mencionadas.



Claudia Pandelara A.,

Asesora de Lactancia, Lactivismo Chile.

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