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Claudia Pandelara

Los 5 peores enemigos de la lactancia



Cuando comento que soy Asesora de Lactancia y esto lo escucha una persona que no tiene hijos, su cara se transforma en una enorme cara de pregunta, como diciendo: “QUÉ?!?!? QUÉ ES ESO?!?” y les parece tan extraño como si existiera un “ingeniero en pipí” o un “calculista de saliva”. Claro! La lactancia es algo tan natural, tan normal.


Pero si lo escucha un padre o una madre, aún si nunca habían escuchado que existíamos las asesoras de lactancia, se les ilumina el rostro, y empiezan a hacer preguntas para interiorizarse en el tema.


Es que a lactancia es un “fenómeno bio-cultural”. Si bien es un acto natural e instintivo para el bebé (el cual viene con una batería de reflejos listos para buscar, acoplarse y mamar); para la madre no lo es tanto, y debe aprender a amamantar, a través de la observación de otras madres lactantes.


En este contexto, es que se me hace necesario escribir esta vez acerca de los peores enemigos de la lactancia materna. Ya que en esta búsqueda de aprender a amamantar, la madre puede tropezarse con alguno de ellos.



1.- El Reloj


El reloj es uno de los más grandes enemigos de la lactancia. Es conocido que luego de dar a

luz, a las madres se les indica alimentar a su bebé a libre demanda.


Sin embargo, luego vienen diciendo que debe ser 15 minutos por lado, cada 4 horas. Ahí me pregunto yo, bueno, ¿era libre demanda o era con horario?


Libre demanda significa jamás mirar el reloj, ni para ver cada cuanto mama, ni para ver cuánto rato mama. Libre demanda es, voltear el reloj y no preocuparse de minutos por lado, ni que si le di hace 10 o 5 minutos. Libre demanda es LIBRE DEMANDA. A toda hora, todo el tiempo que quiera tu bebé, hasta que suelte espontáneamente el pecho.



2.- Los mitos


Es curioso que la lactancia sea tan susceptible de ser vapuleada por tantas personas. Personas que se inventan cosas, se las creen y las desperdigan por doquier, hasta hacer que los demás se las crean también. Es curioso. Curioso, preocupante y triste.


“Que tu leche es muy delgada”


“Que después de los 6 meses se convierte en agua”


“Que amamantar duele”


“Que para tener leche hay que tomar mucha agua y comer tal o cual cosa”


“Que la leche se corta si se enfría la espalda”


Y así una serie de otros mitos que están sumamente extendidos y que son tan populares como absurdos.



3.- La falta de apoyo


Y hablo de falta de apoyo en todo sentido. Familiar, de pareja, de los profesionales de la salud, de otras mujeres madres, de la sociedad, etc.


La lactancia materna, para ser exitosa, requiere de apoyo, desde el núcleo más próximo (la pareja y la familia) hasta la sociedad, la que muchas veces nos coarta, nos enjuicia y nos impone reglas por el sólo hecho de alimentar a nuestra cría en el lugar y momento que lo necesite.



4.- La falta de información


Esto va muy ligado a los mitos y a la falta de apoyo.


Por falta de información es que los mitos son tan arraigados. Y por falta de normalización de la lactancia, es que muchas madres llegan a amamantar a su hijo sin haber visto nunca como se hace.


Falta información veraz y pertinente para madres, padres y cuidadores del bebé.



5.- La falta de autoconfianza


Finalmente, el último villano en esta lista es la poca confianza en el propio cuerpo.


Llama la atención que exista tanta duda de si “seré capaz de amamantar a mi bebé”. ¿Y por qué no? Si tu cuerpo fue capaz de gestar vida. Entonces es capaz de crear alimento en calidad y cantidad adecuada.


Confía, infórmate, apóyate, asesórate y da la teta.




Claudia Pandelara A.

Asesora de Lactancia, Lactivismo Chile


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